Orbicanes.com. Articulo sobre criptorquidia
Copio y pego articulo sacado de Orbicanes.com sobre criptorquidia:
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Monorquidia y criptorquidia en perros
Por Francisco Dávila Grijalba. Criadero del Olimpo, Ecuador. Autorizado por su autor para Orbicanes.com
La
criptorquidia (o como muchos la conocen, monorquidia) es una patología
de nacimiento relativamente común en perros, especialmente en los de
raza como es el caso del ovejero alemán. Preocupa a muchos criadores y
son pocas las personas que están al tanto de la repercusión que tiene
este trastorno en la crianza, por lo cual me ha parecido importante
revisión acerca del tema y compartirla con el público general.
La
criptorquidia es la falta de descenso de uno o ambos testículos hacia el
escroto a las ocho semanas de nacido el cachorro. Cuando es unilateral
se conoce como monorquidia, que generalmente suele afectar al testículo
derecho y constituye los dos tercios de los casos. Cuando es bilateral
corresponde al un tercio de los casos y puede deberse a trastornos
sexuales o problemas cromosómicos.
Antes de
conocer a la patología en sí, se debe hablar de cómo es lo normal.
Cuando se realiza la concepción de un embrión macho, lo primero que debe
ocurrir es que el cromosoma Y (el cual marca que un organismo sea de
sexo masculino) empiece a funcionar y dirija toda la diferenciación de
sexo.
Lo primero
que ocurre es la diferenciación de las gónadas (u órganos sexuales
primarios primitivos) a testículos. En caso de ausencia del cromosoma Y,
las gónadas se desarrollarán en ovarios y el embrión será femenino.
Luego de formado el testículo en la región abdominal inferior, este debe
migrar hacia el escroto para volverse funcional. Esto es posible
gracias a un ligamento llamado gubernáculo testicular, que guía al
testículo hacia su localización definitiva.
En el
momento del nacimiento, los testículos se encuentran generalmente en el
abdomen. A los 10 días de nacidos, llegan hasta el conducto inguinal, el
cual se encuentra a ambos lados del pene. A los 14 días llegan al
escroto y se alojan ahí. En este momento ya se podrían palpar los
testículos en su localización normal, pero generalmente es bastante
difícil por su reducido tamaño. Hay una gran variabilidad en cuanto a la
duración de este proceso, que puede demorarse hasta las 6 o 12 semanas.
La criptorquidia es el defecto más común de las glándulas endócrinas
masculinas en cachorros y se dice que en perros de todas las razas
afecta de 8 a 150 por cada 1000 machos nacidos vivos.
En su
desarrollo influyen tanto la genética como los factores ambientales, por
lo cual se considera actualmente que tienen una herencia
multifactorial. Existe un riesgo de 3.6 veces más de presentar
criptorquidia si un miembro de la familia (hermano o padre) está
afectado. En cuanto a los factores ambientales se dice que la prematurez
es un factor que influye en gran medida (30% de cachorros, comparado
con el 3.4 al 5.8% en cachorros que nacen a término). Otros factores que
se ha visto que influyen es llega a la madurez de la vida y/u obesidad
materna y la exposición a ciertos químicos ambientales como es
dietilbestrol.
Tanto el
macho como la hembra pueden tener genes que contribuyan a su desarrollo.
La presencia de un caso en una camada puede atribuirse solamente a
factores externos que no necesariamente se relacionan con la genética,
pero a medida que aumenta la frecuencia de estos casos en varias camadas
con distintas madres o en camadas de la misma madre, se vuelve más
probable que exista algún rasgo hereditario que influya. No existen
métodos prácticos para la determinación de qué ejemplares reproductores
presentan genes que contribuyan para el desarrollo de la criptorquidia,
por lo cual lo recomendable es observar la descendencia de cierto
ejemplar y determinar la frecuencia de la aparición de este trastorno,
lo cual nos puede sugerir si utilizarlo o no.
El
diagnóstico de criptorquidia se realiza con un minucioso examen físico.
En otras ocasiones es necesario un ultrasonido para determinar la
posición del testículo. Además se podrían realizar estudios hormonales
en sangre para determinar si el perro tiene o no los testículos aunque
sea en el abdomen. Las complicaciones potenciales de los testículos que
no están en el escroto son la torsión testicular, cáncer testicular (20 a
46 veces más riesgo) y subfertilidad, más marcada en criptorquidia
bilateral (62% de paternidad comparada con perros normales) que en
unilateral (89.5% de paternidad comparada con perros normales).
Debido a
las implicaciones genéticas que acarrea, se debe comentar al dueño del
ejemplar las ventajas y desventajas del tratamiento médico y quirúrgico
para corregir la criptorquidia. El tratamiento quirúrgico se considera
NO ETICO y por lo tanto los ejemplares que se sometan a él, deberán ser
calificados como No Aptos para la Reproducción, ya que significa que el
testículo nunca descendió y existe una gran probabilidad que este
problema lo herede a su descendencia. Este tratamiento se lo realiza en
ejemplares que no van a ser reproductores, con el fin de evitar las
potenciales complicaciones para la salud de la mascota.
En cuanto
al tratamiento médico, se podrá considerar su aplicación en las
situaciones en que se determine que es un caso aislado, posterior a una
investigación minuciosa de la ascendencia y parientes cercanos (como
hermanos de otras camadas). Este tipo de tratamiento tiene resultados
variados. Se utilizan hormonas masculinas para su realización, en base a
que éstas son necesarias para que se produzca el descenso testicular.
Para ello se utiliza inyecciones seriadas de gonadotropina coriónica
humana (hCG) de 250 a 1000 unidades intramusculares dos veces por semana
por dos a cinco semanas consecutivas, u hormona liberadora de
gonadotropina (GnRH) de 50 a 100 ug subcutáneas o intravenosa por dos
ocasiones con un intervalo de 7 días. Los casos en los cuales se ha
tenido éxito con estos esquemas varían de 6 al 55% dependiendo de varios
estudios. Es más probable que se tengan resultados favorables cuando el
testículo se encuentra ya en el canal inguinal y no en el abdomen y en
perros de menos de 4 meses de edad. En caso de falla del tratamiento, no
se recomienda repetir la dosis, ya que no ha demostrado ningún
beneficio. Los efectos indeseables de este tratamiento son aumento del
tamaño y la pigmentación del escroto y crecimiento del pene con
erecciones, los cuales desaparecen luego de terminado el tratamiento. Si
se excede la dosis puede ocasionarse alteración en el crecimiento del
cachorro. Existen otros métodos hormonales que muestran beneficios
adicionales pero no son disponibles en el país y algunos están todavía
en fases experimentales.
Los métodos hormonales sí están a disposición en el país para perros
de raza, pero deberán ser siempre utilizados con asesoramiento técnico
por parte de la Dirección de Cría de cada Asociación, y siempre
prescritos por un médico veterinario con experiencia en el tema. Para
las personas que deseen mayor información acerca del tema, sugiero la
siguiente bibliografía, en la que me basé para la realización de este
artículo."
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